RESEÑA SOBRE EL ARTÍCULO:
LA DRAMATIZACIÓN, EJE DE LA EXPRESIÓN DINÁMICA
El artículo que analizaré y sobre
el que haré mi reflexión personal se llama La
dramatización, eje de la expresión dinámica, por Juan Cervera Borrás. El
artículo se estructura en 6 apartados que analizan la situación de la
dramatización en los centros educativos y que proponen nuevas medidas y
recursos para trabajar la dramatización de una forma más significativa para los
alumnos.
Según el artículo, las
directrices de las Orientaciones
pedagógicas son las encargadas de fijar los objetivos generales del área de
expresión dinámica, y han sugerido una serie de actividades que terminan
estructurándose en tres campos diferentes: movimiento, música y dramatización. El
cometido de la escuela es el de trabajar los tres campos por igual; sin
embargo, parece que, en un intento de profundizar los contenidos, éstos se han
centrado más en el tema de la música y se han olvidado los otros dos. Se puede
apreciar el desconocimiento de la fuerza globalizadora e integradora de la dramatización que va mucho más allá que las actividades para ella sugeridas por las Orientaciones pedagógicas.
Partiendo de la clasificación de
los tres campos establecida según las actividades propuestas por las Orientaciones pedagógicas, Juan Cervera opina
que el objetivo inicial de los orientadores era el de llevar a cabo las
actividades propuestas de un modo gradual para alcanzar cada campo y trabajar el
movimiento y la dramatización a un nivel equivalente al que se trabaja la
música. Este sería un buen método de trabajo. Sin embargo, es complicado
establecer una relación entre las actividades y aparecen todas dispersas.
Por otro lado, es cierto que ha
habido mejoras en el proceso de enseñanza/aprendizaje de la dramatización en las
aulas y que, poco a poco, se va adquiriendo una mayor conciencia de su
importancia en la educación de los alumnos.
Desde mi punto de vista,
considero el arte un elemento fundamental que debería estar presente en el
proceso educativo de los alumnos desde el primer momento; no solo en el ámbito
educativo, si no también en su ámbito personal. No considero que el arte esté
lo suficientemente integrada en el currículum escolar y muchos docentes y
personal de centro no comprender su importancia.
Es cierto que la música se
encuentra más presente en la escuela que la dramatización y el teatro. Por lo
menos, la música se trabaja de forma obligada durante la educación primaria.
Sin embargo, el hecho de que exista una asignatura llamada “Música” que se
trabaje una hora a la semana, no garantiza, ni mucho menos, su correcta asimilación
por parte de los alumnos.
Estoy de acuerdo con Juan Cervera cuando expresa la necesidad de
trabajar la dramatización en las aulas, de forma gradual y trabajando los
distintos aspectos que la integran. Y es que parece que el proceso de
enseñanza/aprendizaje –y en general la escuela- se ha vuelto muy teórica y que
las artes han quedado desplazadas a un segundo plano porque “no son tan
importantes como podrían serlo las matemáticas”. La dramatización, así como la
música, despierta la creatividad en los alumnos y los ayuda en su desarrollo,
tanto personal como educativo. Por estas razones creo que, desde la escuela,
debería revertirse la situación de recesión que sufren las artes y tratarlas
como se merecen.

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